Garantice que el voluntario recibe el apoyo adecuado (profesionalmente y, para los voluntarios que están fuera de casa, personalmente) durante su estancia en la organización. Esto debe hacerse a través de una retroalimentación regular, reuniones periódicas entre el voluntario y el supervisor, reuniones semanales del personal voluntario, formaciones y talleres, y aprovechando las oportunidades para mostrar aprecio.
Organice actividades sociales externas en las que todos los compañeros de equipo puedan conocerse mejor.